Poems, Imitations & Translations

Saturday

31 Days (18)




Domingo Faustino Sarmiento
(1811-1888)

from Facundo: Civilización y Barbarie en Las Pampas Argentinas

Introducción


¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo! Tú posees el secreto: ¡revélanoslo! Diez años aún después de tu trágica muerte, el hombre de las ciudades y el gaucho de los llanos argentinos, al tomar diversos senderos en el desierto, decían: "¡No, no ha muerto! ¡Vive aún! ¡El vendrá!" ¡Cierto! Facundo no ha muerto; está vivo en las tradiciones populares, en la política y revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento: su alma ha pasado a este otro molde, más acabado, más perfecto; y lo que en él era sólo instinto, iniciación, tendencia, convirtióse en Rosas en sistema, efecto y fin; la naturaleza campestre, colonial y bárbara, cambióse en esta metamorfosis en arte, en sistema y en política regular capaz de presentarse a la faz del mundo como el modo de ser de un pueblo encarnado en un hombre que ha aspirado a tomar los aires de un genio que domina los acontecimientos, los hombres y las cosas. Facundo, provinciano, bárbaro, valiente, audaz, fue reemplazado por Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo él; por Rosas, falso, corazón helado, espíritu calculador, que hace el mal sin pasión, y organiza lentamente el despotismo con toda la inteligencia de un Maquiavelo. Tirano sin rival hoy en la tierra, ¿por qué sus enemigos quieren disputarle el título de Grande que le prodigan sus cortesanos? Sí; grande y muy grande es para gloria y vergüenza de su patria; porque si ha encontrado millares de seres degradados que se unzan a su carro para arrastrarlo por encima de cadáveres, también se hallan a millares las almas generosas que en quince años de lid sangrienta no han desesperado de vencer al monstruo que nos propone el enigma de la organización política de la República. Un día vendrá, al fin, que lo resuelvan; y la Esfinge Argentina, mitad mujer por lo cobarde, mitad tigre por lo sanguinario, morirá a sus plantas, dando a la Tebas del Plata el rango elevado que le toca entre las naciones del Nuevo Mundo.



Terrible shade of Facundo, let's evoke you, so that shaking off the gory dust that covers your ashes, you can arise to explain to us the secret life and the internal convulsions that tear the entrails of a noble people! You possess the secret: reveal it to us! Ten years after your tragic death, on having taken diverse footpaths in the desert, the man of the cities and the gaucho of the Argentine plains were still saying: "No, he has not died! He’s still alive! He will return!” True! Facundo has not died; he is alive in the popular traditions, in politics and Argentine revolutions; in Rosas, his heir, his complement: his soul has gone on into this other mould, more finished, more perfect; and what in him was only an instinct, initiation, tendency, has turned in Rosas into a system, the effect and the end; the rural, colonial and barbarian nature, has transformed itself by this metamorphosis into art, in system and in regular politics capable of presenting itself to the face of the world as the way of life of a people personified in a man who aspires to put on the airs of a genius who dominates events, men and objects. Facundo, provincial, barbarian, brave, bold, has been replaced by Rosas, son of educated Buenos Aires, without being himself; for Rosas, false, frozen heart, calculating spirit, who harms without passion, organizes despotism slowly with all the intelligence of a Machiavel. Tyrant without rival today on the earth: why do his enemies want to dispute the title of Great that his courtiers lavish? Yes; great and very great he is, to the glory and shame of his homeland; because if it has discovered thousands of degraded beings that bow before his carriage in order to drag it over corpses, it has also produced in thousands the generous souls who in fifteen years of bloody fight have not lost hope of winning over the monster that proposes to us the enigma of the political organization of the Republic. One day will come, at last, a solution to it; and the Sphinx Argentina, half woman for cowardice, half tiger for bloodthirstiness, will die at its roots, giving to the Thebes of la Plata the high status that awaits him between the nations of the New World.

No comments: